Érase una vez un niño muy majo y frágil. Él era un niño al que le encataba hacer proyectos y cosas, cada vez que hacía algo le pedía opinión a los demás, ya que al parecer, la de él no valía nada, solo le importaba la de los demás hasta tal punto que si a alguien no le gustaba lo rompía y lo volvía a hacer.
Siempre pensaba: " la opinión de uno mismo no vale nada porque sino para tí siempre es lo mejor, por eso no hay que escucharnos"... PERO Y SI NO ES ASÍ ?
Cada decisión que tomamos la elegimos porque pensamos que para nosotros es lo mejor. ¿ y qué si lo es? ¿Significa que la de los demás es peor? NO, solo DIFERENTE.
¿Cómo podemos medir cuál es mejor? No se puede, asi que mejor que cada uno TENGA LA SUYA.
Yanivel Ciempozuelos.
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